A mediados del siglo XIX, nuevos inventos, nuevos materiales y descubrimientos científicos crearon nuevos problemas y nuevas posibilidades, la profesión de ingeniero se hizo más especializada.

La Ingeniería eléctrica y electrónica hicieron su debut y crecieron en el campo de la electricidad con el impulso dado por investigadores como James Clerk Maxwell

y Heinrich Hertz.
El campo de la ingeniería química surgió como una branquia del estudio de las reacciones químicas, involucrada en la fabricación, y como respuesta a la necesidad de la producción de masa para uso industrial.
Otros campos de la ingeniería introducidos a fines del siglo XIX e inicios del XX, fueron la aeronáutica y la ingeniería aeroespacial, junto con la ingeniería metalúrgica, agrícola e industrial.
La ingeniería actual se ha fragmentado aún más, cada área industrial (petróleo, cerámica, energía nuclear, ambiente, informática etc.) requiere ingenieros adiestrados para las necesidades específicas. Los servicios públicos, como la sanidad, el transporte y la planificación urbana han desarrollado también sus especialidades dentro de la ingeniería.
Actualmente, el advenimiento de las nuevas tecnologías informáticas ha permitido a ingenieros, proyectistas, designers y arquitectos, aprovechar en pleno su creatividad y experiencias técnicas. Todo esto, sin embargo, se ve obstaculizado por las barreras del idioma. De aquí nace la exigencia de transponer fielmente las ideas y los proyectos en los distintos idiomas, manteniendo el lenguaje técnico, común a todos.